La Armada de Chile, a través de la Tercera Zona Naval, sigue cumpliendo la misión fundamental de sellar la presencia permanente de nuestro país en la Antártica durante los 365 días del año.
“Por el mar llegamos a la Antártica…”
Contralmirante Ronald Baasch Barberis
Comandante en Jefe de la Tercera Zona Naval
El 6 de febrero de 1947 el Presidente de la República don Gabriel González Videla dispuso la instalación de la primera base antártica de las Fuerzas Armadas en Chile. Con este hecho se engendró desde una visión de Estado que sigue vigente hasta el día de hoy: reconocer la posición geopolítica que proyecta al hemisferio sur sobre el Continente Blanco y al mar como puerta de entrada al territorio antártico.
72 años después la Armada de Chile, a través de la Tercera Zona Naval, sigue cumpliendo esa misión fundamental con la presencia permanente en la Antártica durante los 365 días del año. Por las condiciones del territorio, sólo se puede acceder a realizar operaciones entre noviembre y abril de cada año. Esto es la Campaña Antártica, una operación de carácter internacional y multiagencial. Se traduce en el desplazamiento de medios navales, aéreos, marítimos hacia el Continente Blanco, con el objetivo de dar cumplimiento a una serie de tareas, entre ellas el apoyo de bases nacionales y extranjeras, ya sea en actividades logísticas, científicas y de seguridad marítima; como la supervisión y soporte al tráfico de cruceros y naves; la mantención de la señalización marítima, y la de la fiscalización a las naves que circundan por este exclusivo territorio. Todas estas tareas se enmarcan en el Sistema del Tratado Antártico, un instrumento de legislación internacional del cual Chile es signatario y unos de los primeros miembros.
En cifras, esta 72ª Campaña Antártica 2018-2019 significó: más 34.000 millas náuticas navegadas, equivalente a una vuelta y media a la tierra, 232 días de operación y el desplazamiento de tres buques: AP Aquiles, OPV Marinero Fuentealba y ATF Lautaro, más de un helicóptero naval y 262 marinos desplegados. Apoyo a 19 bases nacionales y extranjeras y fueron transportadas más de 700 personas. 1300 toneladas, equivalentes, 1.258 M3 de petróleo. Y lo más importante más de 345 toneladas de basura, que son retiradas desde la Antártica, para ser procesadas de acuerdo a la normativa medioambiental vigente. La Armada es la única que cuenta con la capacidad para esta delicada e importante operación, que consta también en el retiro de escombros.
Se realizó, además, el traslado de más de 216 científicos nacionales y extranjeros, y donde se lograron importantes investigaciones como la de Natgeo Pristine Seas, que realizó un estudio del océano antártico, entregando información valiosísima sobre el presente y futuro del mar, y los efectos del calentamiento global en pro del cuidado del planeta.
Pero había un nuevo desafío; por primera vez no haber contado con el rompehielos Oscar Viel. Se impuso la necesidad de ajustar las capacidades y flexibilizar la manera en cómo se ejecuta anualmente la campaña, cumpliendo de la mejor forma con los requerimientos de los operadores antárticos, de acuerdo a las capacidades navales y marítimas existentes. Nada de esto impidió un nuevo hito para la Tercera Zona Naval; la navegación del Marinero Fuentealba por primera vez más allá del Círculo Polar Antártico. Con esto, se apoyó a que Inach concretara trabajos de buceo fundamentales para la instalación de nuevas bases más al sur, y que ampliarán la presencia de Chile en la Antártica.
Todo esto no sería posible sin el trabajo coordinado con nuestras instituciones hermanas del Ejército y la Fuerza Aérea de Chile, en una operación conjunta, que se ha desarrollado en el tiempo, con la participación del Instituto Antártico Chileno (Inach), en sus actividades de despliegue para cada una de las Expediciones Científicas Antárticas (Eca) y en la logística asociada para cada temporada.
Los desafíos a corto y mediano plazo, van de la mano con la recuperación total de la “Gobernación Marítima de Bahía Fildes, incendiada el año pasado, y que continúa operando, apoyados actualmente con una instalación modular de la Armada, y en infraestructuras de la Fach e Inac. Cabe destacar la construcción del nuevo rompehielos nacional, que debería estar operativo para la Campaña Antártica del 2024, y que sin duda, traerá una importante batería de oportunidades y desafíos para consolidar la presencia de nuestro país en el continente del futuro.
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